A pesar de que el tema sustancial de la Fundación CERMI Mujeres desde su creación es la violencia de género pertrechada contra las mujeres con discapacidad, la entidad se decidió a abordar un nuevo afán: lograr un mayor impulso a las políticas de activación socialaboral de las mujeres con discapacidad. El germen fueron dos estudios de la entidad: 'Retrato de las mujeres con discapacidad en Extremadura', para el Observatorio Estatal de la Discapacidad, y la 'Guía para la incorporación de la perspectiva de género y discapacidad en la programación del Fondo Social Europeo', publicado en la colección 'Generosidad'.
Pero también, obviamente, los devastadores datos de esta comunidad donde "la mayoría de población con discapacidad vive en zonas rurales", y porque Extremadura presenta "la tasa más alta de España, el 64,8%, de mujeres con discapacidad inactivas económicamente". Así lo explica Esther Castellanos, socióloga y consultora de CERMI Mujeres, quien también impartió los siete cursos "prelaborales" de este proyecto piloto a 86 mujeres con discapacidad en las ciudades de Plasencia, Navalmoral de la Mata, Cáceres, Méridad, Badajoz, Proines Don Benito y Zafra.
Belén Trianes Alor, trabajadora social de CERMI Extremadura, señala que, además, las características geográficas y de asentamiento poblacional de Extremadura "dificultan mucho la inclusión laboral de las mujeres con discapacidad". Excepto las tres ciudades más pobladas, donde hay mayores recursos y servicios, el resto de poblaciones "tienen una distribución muy dispersa, con población muy envejecida y con unas comunicaciones muy mejorables".
Esto, según Trianes, "repercute negativamente en la situación de la mujer con discapacidad, que debe superar las barreras comunes a toda población rural, las asociadas a la perspectiva de su género, aquellas evidentes por tener una discapacidad y, por último", subraya enfática la fuente de CERMI Extremadura, "a la mentalidad proteccionista que persiste en el ámbito rural".
"La interseccionalidad apenas se ha aplicado en los programas de inclusión social en el ámbito de la discapacidad"
El primer 'Proyecto piloto para la activación sociolaboral de mujeres con discapacidad' en Extremadura, que se realizó a finales del año pasado y en cuyas formaciones se abordaron esencialmente los temas de la socialización, los derechos y el empoderamiento, tenía la misión de articular un trabajo coordinado con las entidades integrantes de CERMI Extremadura mediante las estructuras de participación de mujeres, creadas al respecto, así como con el tejido empresarial, comunitario y asociativo de mujeres de cada una de las ciudades. La meta pasaba claramente por trabajar la interseccionalidad entre discapacidad, empleo y mujeres.
Otro de sus objetivos fue el de lograr "revertir los espacios de exclusión de las mujeres con discapacidad" que se producen en los ámbitos de producción, ingreso y consumo, por su escasa participación en el mercado laboral, así como el de la "innovación", desde la citada "interseccionalidad", porque, según denuncia la consultora de CERMI Mujeres, "apenas se ha aplicado en los programas de inclusión social en el ámbito de la discapacidad".
"Una de las barreras a la participación social de las mujeres con discapacidad extremeñas es precisamente el aislamiento y el sentimiento de soledad en el medio rural"
Por otro lado, las participantes de este proyecto piloto, desde un enfoque de derechos humanos y de género y para esa reversión de esos espacios que las excluyen, reflexionaron en estos cursos sobre la construcción de la identidad de género y discapacidad, y sobre las barreras para el ejercicio pleno de su ciudadanía. Para ello, según explica la propia formadora de FCM, crearon con sus opiniones conocimiento colectivo, ya que: "Cada mujer trae una experiencia vital al grupo que revierte en todas las demás".
Asimismo, Castellanos insistió a sus alumnas sobre la importancia que tiene el espacio relacional y los vínculos sociales entre las mujeres con discapacidad, ya que: "Es clave para poder tejer vínculos sentirse reconocidas", y porque hay que darse cuenta de que: "Una de las barreras a la participación social de las mujeres con discapacidad extremeñas es precisamente el aislamiento y el sentimiento de soledad en el medio rural". "Es crucial crear espacios de socialización conjunta", exhortó, "y trabajar en la ruptura de los estereotipos, entre otras cosas".
"Es crucial crear espacios de socialización conjunta y trabajar en la ruptura de los estereotipos"
VIOLENCIA Y VOCES EN PRIMERA PERSONA
En general, comenta la socióloga, el clima generado en los grupos ha sido "muy positivo". De hecho, las 86 participantes con discapacidad de las distintas ciudades demandaron más formaciones como esta, más programas de empleo, y un mayor acceso a puestos adecuados a sus competencias. Incluso, dice Castellanos: "Algunas tomaron la palabra y, en ocasiones, se manifestaron con sororidad para expresar las situaciones que han vivido como discriminatorias".
Entre las declaraciones de algunas de estas mujeres que asistieron a las formaciones, que quedarán en el anonimato, encontramos protestas como estas: “Nosotras estamos dispuestas a trabajar, a formarnos, pero nos faltan buenas oportunidades”, evidenció una. “Queremos hacer cosas, pero a veces la familia no te deja", se quejaba otra.
“A veces", se lamentó una tercera alumna con discapacidad, "no sabes si en un trabajo es mejor no decir lo de tu discapacidad, porque solo quieren que se beneficie la empresa, y además tienen miedo de que te pongas mala más de lo normal y cosas así”.
Asimismo, una cuarta reveló que: “Pese a nuestros dolores trabajamos más que las demás, y sólo quieren exprimirnos y pagarnos menos que al resto", y por último, entre muchas más opiniones, una quinta mujer criticó que por el hecho de ser mujeres, su situación laborar es peor, pero que "al tener discapacidad nuestros contratos son peores, y nos ofrecen peores trabajos".
Pese a estas críticas y demandas, dentro de la evaluación de este 'Proyecto piloto para la activación sociolaboral de mujeres con discapacidad en Extremadura' no se puede obviar algo que viene siendo habitual en cursos no solo de la índole que nos ocupa, cuando son impartidos a mujeres con discapacidad. Como dice Teresa Palahí, secretaria general de Fundación ONCE -entidad que ha cofinanciado el proyecto-, estas formaciones se convierten "en focos de detección de otros tipos de exclusión y de casos de violencia de género". Y así ocurrió también en estos cursos realizados en Extremadura.
De hecho, Esther Castellanos verifica que en las siete formaciones que se han realizado en las distintas ciudades extremeñas: "En todas y cada una de las sesiones han salido de manera espontánea situaciones de violencia, principalmente al trabajar aspectos de la socialización". En Mérida, testifica la formadora, se dieron tres casos, en Don Benito dos, y en una de ellas la participante incluso confesó que su problema de salud mental lo había detonado los malos tratos recibidos".
"En todas y cada una de las sesiones han salido de manera espontánea situaciones de violencia, principalmente al trabajar aspectos de la socialización"
"A pesar de ser casi impensable la conexión del tema prelaboral con el de la violencia de género", sostiene Esther Castellanos, "terminan conectándose ambos, porque en estos cursos cuando hablamos de socialización salen cosas que tienen que ver con tu día a día, con cómo vives con tu familia, con tus amistades, con tu pareja". "Y es que la mayor barrera para el 78,42 por ciento de las mujeres con discapacidad de Extremadura", apunta Castellanos referenciando la 'Encuesta de Integración Social y Salud 2012. Discapacidad', "es la de salir de casa".
Todas estas mujeres con discapacidad participantes de este proyecto piloto coinciden en reclamar que este tipo de acciones de concienciación se realicen con mayor frecuencia. Razón por la cual la Fundacion CERMI Mujeres se ha comprometido a seguir trabajando en esta línea, junto con el CERMI Extremadura como han hecho en esta ocasión, debido a: "la evidente necesidad de dar un mayor impulso a las políticas de activación sociolaboral de las mujeres con discapacidad en esta zona"
MENTORADO SOCIAL DE MUJERES CON DISCAPACIDAD
Precisamente, de esta seria promesa, y para trabajar las políticas de activación sociolaboral en este sector poblacional extremeño, ha surgido ya otra iniciativa como continuación de la anterior. Se trata del ‘Mentorado para la activación sociolaboral de mujeres con discapacidad en Extremadura’ que, mediante la formación y la herramienta del empoderamiento nuevamente, buscará esta vez que las participantes pasen a formar parte de la población activa laboral.
Así, con este mentorado, la FCM también procura cumplir con los compromisos internacionales que demandan una mayor promoción de políticas, apoyos, recursos y servicios encaminados a eliminar la situación de discriminación interseccional en que se encuentran las mujeres y niñas con discapacidad, que además de por estos dos factores, ven su situación agravada por otros como la ruralidad, el nivel de ingresos o renta, etc.
"El mentorado de FCM se convierte en una nueva fase del proyecto piloto para las mujeres con discapacidad que mayor dificultad tengan para incorporarse a un empleo"
Por su parte, la trabajadora social de CERMI Extremadura, ve con buenos ojos esta nueva propuesta porque en su opinión: "El mentorado aportará beneficios en ambas direcciones". Por un lado, "las mentoras verán reforzadas sus capacidades puesto que al desarrollar esta actividad comprenderán su valor a la hora de acompañar a las mujeres que participen", por otro lado, continúa Belén Trianes Alor, "las participantes disfrutarán de la experiencia de las mentoras en su propia evolución, al tiempo que serán testigos de otras realidades de mujeres que se enfrentan a las mismas o parecidas barreras en su día a día".
El mentorado de FCM se convierte así en una nueva fase del proyecto piloto del que hacemos balance hoy para la activación laboral de mujeres extremeñas con discapacidad, especialmente para las que mayor dificultad tengan a la hora de incorporarse a un empleo, utilizando como instrumentos tanto el empoderamiento como el autoconocimiento de sus derechos. Además, "por las características del nuevo proyecto, que también incluye acciones de toma de conciencia", asegura Castellanos, "existe la posibilidad real de detectar más situaciones de violencia de género".
MAYOR EMPLEABILIDAD
Sin embargo, para que la empleabilidad de la mujer con discapacidad en Extremadura aumente y deje de ser demoledor el peso de los prejuicios existentes en las empresas: "Es necesario no solo trabajar con las mujeres y lograr que tomen conciencia de sus derechos y de su autonomía, sino hacer un trabajo en paralelo con las empresas, de mucha concienciación, y hacer que cumplan con la normativa vigente, así como que la Administración Pública contribuya a garantizar el artículo 27 de la Convención Internacional de las Personas con Discapacidad".
"Para que la empleabilidad de la mujer con discapacidad en Extremadura aumente es necesario hacer un trabajo en paralelo con las empresas"
Y es que la importancia de que la mujer con discapacidad, aún más en las zonas rurales, por su múltiple discriminación, acceda a un puesto de trabajo radica en conseguir ingresos propios, en la autonomía económica, pero, tal y como refiere la socióloga de CERMI Mujeres, también reside en la necesidad de tener "una habitación propia", como decía la referente feminista del siglo XX Virginia Wolf, que ya en 1929 escribe que: "Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción". En nuestro caso, esa "habitación" es clave para las mujeres con discapacidad "para que podamos construir nuestra realidad de manera autónoma e independiente".
Aunque a esta habitación y al empleo -por dinero- ha de unírsele algo más, apura Castellanos: "Conseguir la corresponsabilidad necesaria por parte del resto de la sociedad y de los hombres en particular".