Los datos evidencian que, aunque las personas con discapacidad enfrentan desafíos estructurales, el género sigue siendo un factor amplificador e intensificador de la desigualdad.
La accesibilidad universal es mucho más que una cuestión técnica; es una condición indispensable para garantizar la igualdad de derechos y oportunidades. El curso Accesibilidad Universal y Mujeres: Discapacidad y Derechos Humanos tiene múltiples objetivos, desde reflexionar sobre los derechos humanos de las mujeres con discapacidad hasta proporcionar herramientas para combatir la explotación, la violencia y la discriminación. Sin embargo, en este reportaje para cermi.es diario, la reflexión se centra en un aspecto clave: la dimensión de género en las políticas de inclusión y accesibilidad, desvelando existen barreras estructurales afectan la vida de millones de mujeres. Y cómo las políticas de accesibilidad universal, al incorporar la perspectiva de género, no son potestativos, sino imprescindibles para construir una sociedad más justa e inclusiva
La accesibilidad universal es mucho más que unos principios o parámetros técnicos: es una herramienta de justicia social, un prerrequisito para la inclusión plena. Sin embargo, en la práctica, no todas las personas pueden cruzar esa puerta hacia la igualdad. En particular, las mujeres y niñas con discapacidad enfrentan una intersección de barreras que no solo obstaculizan su acceso físico a servicios, espacios, entornos y procesos, sino también su participación activa en la sociedad. La dimensión de género en las cuestiones de accesibilidad universal, aunque a menudo ignorada, es crucial para construir una ciudadanía inclusiva.
El curso Accesibilidad Universal y Mujeres: Discapacidad y Derechos Humanos, ofrecido por la UNED a través del Canal Fundación ONCE en UNED Abierta, junto con la Fundación CERMI Mujeres y la Fundación ONCE, aborda este reto desde múltiples ángulos. Con un claustro formado por Pilar Gomiz Pascual, Esther Castellanos Torres, Laura Seara e Isabel Caballero Pérez, el curso analiza cómo las mujeres y niñas con discapacidad enfrentan barreras específicas, no solo por su condición física o sensorial, sino también por el género, el lugar de residencia y otros factores que perpetúan su exclusión.
Además, el curso tiene como objetivo principal ofrecer un espacio de reflexión y formación para mujeres con discapacidad, así como para madres y cuidadoras de familiares con discapacidad, acerca de sus derechos humanos. Se presta especial atención a la accesibilidad universal, el acceso a la justicia, la igualdad y no discriminación, y la protección contra la explotación, la violencia y el abuso. Además, se abordan temas relacionados con la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Si bien, en el presente reportaje, nos queremos centrar en la dimensión de género en las cuestiones de accesibilidad universal.
No todas las mujeres y niñas con discapacidad logran ejercer esos derechos en igualdad de condiciones
Más que rampas: La accesibilidad universal como derecho humano
Es habitual pensar en la accesibilidad universal como una cuestión de diseño, de procesos o tecnológica. Sin embargo, este curso deja claro que es mucho más que eso: es una herramienta para el ejercicio pleno de otros derechos humanos. Para las mujeres y niñas con discapacidad, la accesibilidad universal es fundamental para garantizar su participación en la sociedad, desde la educación y el empleo hasta la justicia y la salud.
La interseccionalidad, concepto acuñado en 1989 por Kimberlé Williams Crenshaw, emerge como una clave para comprender cómo las barreras de género y discapacidad se entrelazan y perpetúan exclusiones. Por ejemplo, una mujer con discapacidad que vive en un entorno rural enfrenta barreras adicionales por su lugar de residencia y las limitaciones de acceso a servicios básicos, como la atención médica o la educación. Estas realidades ilustran cómo las políticas de accesibilidad universal deben incorporar un enfoque interseccional si quieren ser verdaderamente inclusivas.
El curso revela cómo estas barreras comienzan desde la infancia, limitando el acceso a una educación inclusiva, a servicios básicos como la salud sexual y reproductiva, y a espacios laborales o políticos. Por ejemplo, en Europa, solo el 18,8 % de las mujeres con discapacidad están empleadas, frente al 28,1 % de los hombres con discapacidad. Estos datos evidencian que, aunque las personas con discapacidad enfrentan desafíos estructurales, el género sigue siendo un factor amplificador de la desigualdad.
En el ámbito laboral, las mujeres con discapacidad en España se enfrentan una doble exclusión, marcada tanto por las barreras propias de la discapacidad como por las desigualdades de género
Análisis del mercado laboral en España, una doble barrera para las mujeres con discapacidad
A modo de ejemplo, analizando el informe del Mercado de Trabajo de las Personas con discapacidad. Estatal 2024 (Datos 2023), para ver las barreras en el ámbito laboral, solo en España, en el ámbito laboral, las mujeres con discapacidad enfrentan una doble exclusión, marcada tanto por las barreras propias de la discapacidad como por las desigualdades de género. Según el último informe sobre el mercado de trabajo de las personas con discapacidad, solo el 34 % de las mujeres con discapacidad en edad laboral están activas, y apenas un 26,9 % tienen empleo. Estas cifras contrastan con las de los hombres con discapacidad, cuyas tasas de actividad y empleo, aunque también bajas, son ligeramente superiores. La diferencia es aún más alarmante al comparar estos datos con la población sin discapacidad, lo que evidencia que las mujeres con discapacidad enfrentan obstáculos específicos que dificultan su inclusión en el mercado laboral.
La brecha de género también se refleja en la contratación. De todos los contratos realizados a personas con discapacidad, solo el 41,05 % corresponden a mujeres, mientras que el 58,95 % son para hombres. Este desequilibrio no solo revela una menor presencia de las mujeres con discapacidad en el mercado laboral, sino también su limitada representación en sectores clave de la economía. La mayoría de estas mujeres están empleadas en el sector servicios, en actividades relacionadas con la atención social y la administración pública, mientras que su participación en sectores como la industria o la construcción es mínima. Estas cifras sugieren una segregación ocupacional que refuerza los estereotipos de género y limita las oportunidades de desarrollo profesional.
La educación, que podría ser una herramienta clave para superar estas desigualdades, tampoco ofrece garantías. Según el informe, solo el 19,12 % de las mujeres con discapacidad alcanzan estudios superiores, en comparación con el 38,56 % de las personas sin discapacidad. Este déficit educativo, combinado con las barreras estructurales en el empleo, contribuye a perpetuar la exclusión de estas mujeres, relegándolas a empleos menos cualificados y, en muchos casos, más precarios.
La situación de las mujeres con discapacidad en el mercado laboral es un reflejo de las barreras interseccionales que enfrentan en otros ámbitos de la vida
Sus dificultades para acceder a un empleo digno no solo tienen un impacto económico, sino que también refuerzan su exclusión social y su vulnerabilidad frente a otras formas de discriminación. Estos datos ponen de manifiesto la necesidad urgente de desplegar políticas laborales inclusivas que no solo aborden las barreras físicas o técnicas, sino que también eliminen los prejuicios de género y promuevan la igualdad de oportunidades.
En un mercado laboral que continúa presentando retos para las mujeres en general, las mujeres con discapacidad se encuentran en una posición especialmente desfavorecida. Garantizar su acceso a un empleo justo y equitativo no es solo una cuestión de derechos, sino también un paso fundamental hacia una sociedad verdaderamente inclusiva.
Invisibilidad y exclusión
La invisibilidad social de las mujeres y niñas con discapacidad no es casual, sino el resultado de una suma de factores. Durante décadas, han sido ignoradas tanto por los estudios sobre discapacidad, que han desestimado el género como una dimensión relevante, como por el feminismo, que ha evitado profundizar en cuestiones asociadas a la discapacidad.
Esta invisibilidad no solo refuerza estereotipos –como la percepción de las mujeres con discapacidad como asexuadas, débiles o dependientes–, sino que también las excluye de los espacios donde se toman decisiones sobre sus vidas. A menudo, estas mujeres están ausentes en los debates sobre políticas públicas y representación política, lo que perpetúa la falta de medidas efectivas para garantizar sus derechos.
Salud y derechos sexuales, una deuda pendiente
El curso dedica un espacio significativo a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad, un ámbito históricamente desatendido. La falta de accesibilidad en centros médicos, la ausencia de información en soportes y formatos adecuado y los prejuicios del personal sanitario son algunas de las barreras que limitan su acceso a servicios esenciales.
Esta exclusión no es solo una cuestión de infraestructura, sino también de actitud. La infantilización de las mujeres con discapacidad en el ámbito sanitario perpetúa un modelo biomédico que desautoriza sus decisiones y vulnera su autonomía. Garantizar el acceso a estos derechos implica no solo eliminar barreras físicas, sino también transformar las actitudes y prácticas de los profesionales de la salud.
Violencia de género, una emergencia silenciada
La violencia de género contra las mujeres con discapacidad es un problema que sigue siendo ampliamente ignorado. Estas mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir violencia en todas sus formas, desde la violencia de pareja hasta la institucional. Prácticas como la esterilización forzada - prohibida en España solo en 2020– o el abuso en entornos residenciales ilustran hasta qué punto se vulneran sus derechos.
El curso destaca la necesidad urgente de revisar las leyes de violencia de género en España, ampliando su definición para incluir formas específicas de violencia que afectan a este colectivo. También se subraya la importancia de campañas de sensibilización accesibles y del desarrollo de datos estadísticos que permitan dimensionar la magnitud del problema.
La dimensión de género en la accesibilidad universal no es una cuestión anecdótica; es el núcleo de una lucha más amplia por la justicia social
Acceso a la justicia, una deuda estructural
El acceso a la justicia es otro ámbito donde las mujeres con discapacidad enfrentan barreras críticas. Sin ajustes razonables en los procesos judiciales, estas mujeres ven cómo sus derechos son sistemáticamente vulnerados. Testimonios desestimados, procesos inaccesibles y falta de formación en discapacidad entre los operadores jurídicos perpetúan una situación de desigualdad estructural.
Establecer protocolos de accesibilidad en todas las etapas del sistema judicial y formar a los profesionales del ámbito legal son pasos imprescindibles para garantizar que estas mujeres puedan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones.
Aunque las barreras son muchas y profundas, también hay soluciones concretas para derribarlas
Hacia una accesibilidad universal con perspectiva de género
La accesibilidad universal, como vemos, no es solo una cuestión técnica, es una condición indispensable para garantizar la igualdad y la inclusión. Incorporar la perspectiva de género en las políticas de accesibilidad universal no es opcional, sino imprescindible para construir una sociedad más justa.
Buceando en el curso, se descubre que, aunque las barreras son muchas y profundas, también hay soluciones concretas para derribarlas. Desde la educación inclusiva hasta la participación política, pasando por la salud, la justicia y el empleo, el enfoque interseccional es la clave para no dejar a nadie atrás.
Hasta el 31 de diciembre del 2024, estará disponible el curso Accesibilidad Universal y Mujeres: Discapacidad y Derechos Humano, un espacio de aprendizaje, absolutamente recomendable, que nos ayuda a través de la formación y el conocimiento, en una herramienta de transformación social. Los contenidos y reflexiones que plantea no solo arrojan luz sobre las barreras que enfrentan las mujeres con discapacidad, sino que también ofrecen soluciones concretas para derribarlas.
Desde cermi.es diario, invitamos a todas las personas interesadas a inscribirse en esta formación a través del Canal Fundación ONCE en UNED Abierta.
Además, este domingo, del 24 al 26 de noviembre, dará comienzo el VII Foro Social de Mujeres y Niñas con Discapacidad, organizado por la Fundación CERMI Mujeres y el CERMI Comunidad de Madrid. Bajo el lema ¡Por el futuro que queremos!, el Foro reunirá a activistas y expertas, pero sobre todo a mujeres con discapacidad, que en un espacio seguro podremos reflexiona sobre los derecho como colectivo, organizado. Algunas de las docentes del curso también estarán presentes, aportando sus conocimientos y propuestas.
Más información sobre el Foro, en la web de la Fundación CERMI Mujeres.
*Este reportaje ha sido posible gracias a la investigación sobre algunos de los contenidos propuestos por el curso, centrado en un enfoque e interpretación de búsqueda de la accesibilidad universal con perspectiva de género.
Fuente: Gema Piñeiro/ CERMI