No existen espacios en los que las mujeres con discapacidad puedan encontrarse y «son muy necesarios para que seamos conscientes de que no estamos solas», añadió Lajarín, que destacó que las mujeres representan más de la mitad de la población con discapacidad de la Región.
La representante del CERMI, que sufre discapacidad visual, aseguró que «puedo llevar una vida normalizada si mi entorno es accesible porque en el momento en que los semáforos no pitan o el ascensor no habla, me quedo aislada».
Algunas de las participantes revelaron la violencia sufrida en el ámbito de la sanidad y en el entorno familiar
Una de las participantes en el taller, que se celebró en la concejalía de Igualdad, Victoria Vidal, también con discapacidad visual, reconoció que no puede salir sola de casa porque los semáforos de la zona en la que vive no emiten señales auditivas. «Me desenvuelvo con el bastón, pero a veces me encuentro coches aparcados en medio de una calle peatonal que limitan mi autonomía, me quedo bloqueada». Alexandra Sánchez, usuaria de la Asociación de Personas con Enfermedad Mental (Asofem), dijo que «necesitamos actividades para no quedarnos encerradas en casa, me gustaría poder formarme, tener un trabajo y ganar mi propio dinero».
La coordinadora de la jornada, Laura Parra, afirmó que este encuentro es «totalmente necesario» para comprender que la discapacidad es diversa y para que las mujeres expongan sus inquietudes y experiencias personales. Algunas desvelaron la violencia sufrida en el ámbito de la sanidad y en el entorno familiar, y también lamentaron la falta de accesibilidad, no solo física, también para las personas con discapacidad intelectual, que necesitan que pongan a su alcance la documentación con «lectura fácil» para realizar cualquier gestión, también de forma 'online'. Esas necesidades se trasladan a la administración competente para su resolución, apuntó Parra.
La técnica de la concejalía de Igualdad, Ana García, puso a disposición de las participantes una guía de lectura fácil con los recursos que tienen a su disposición en el caso de sufrir violencia de género y también para aprender a detectarla, porque «a veces la podemos sufrir sin ser conscientes».