Entrevista
Francisca Pleguezuelos Aguilar, delegada de la Junta de Andalucía en Bruselas

"Hay que luchar contra actitudes de la sociedad y de las familias que desincentivan la participación activa de las mujeres con discapacidad en política con su sobreprotección"

Francisca Pleguezuelos Aguilar, delegada de la Junta de Andaluc�a en Bruselas

Francisca Pleguezuelos Aguilar, granadina, es licenciada en Matemáticas y diplomada en Informática de Gestión. Comenzó a militar en el sindicato UGT y en el PSOE en la década de los setenta. Fue nombrada integrante de la Comisión Ejecutiva Regional del partido socialista de Andalucía, coordinadora del Grupo Federal Socialista de personas con discapacidad (1996-1999) y presidenta del Colectivo Independiente de Mujeres de Granada. Ha sido diputada por Granada y elegida senadora en las elecciones generales de 1993 y de 1996. En 2004, resultó elegida diputada al Parlamento Europeo. Actualmente, es delegada de la Junta de Andalucía en Bruselas.

Como delegada de la Junta de Andalucía en Bruselas, ¿podría explicarnos las funciones que realiza concretamente su delegación?

 

La delegación de la Junta de Andalucía en Bruselas tiene como objetivo fundamental realizar el seguimiento diario de la actividad de la Unión Europea y servir de vía de comunicación de esta información a diversos centros directivos de la administración autonómica andaluza, así como de la administración local de las empresas, personas particulares. Esta encargada de elaborar cada día una nota informativa con las noticias más destacadas de la actividad comunitaria de interés, así como un boletín bisemanal titulado 'Bruselas-Junta'.

 

Además de estas funciones, este organismo sirve de apoyo a las empresas y a las y los ciudadanos andaluces que se trasladan a Bélgica  en busca de nuevas perspectivas de negocio o laborales. Por ejemplo, en este periodo de crisis económica en la que muchos y muchas jóvenes han salido de España buscando nuevas oportunidades de trabajo que no encuentran en casa, la delegación ha elaborado una guía con información práctica sobre Bélgica, sobre los servicios de salud, servicios sociales, cómo alquilar una vivienda e información sobre contratación laboral. Se trata de una guía que no está colgada en internet, ya que tampoco se trata de hacer una llamada a la emigración, sino un servicio de atención a la ciudadanía que ya se encuentra en Bélgica.  

 

Tiene una trayectoria política muy dilatada, que comenzó en la década de los setenta. ¿Qué obstáculos tuvo que vencer para desarrollar su carrera política como mujer con discapacidad?

 

Tendría que hablar en primer lugar de mi infancia, de la educación que recibí desde pequeña. Realmente, le debo quien soy a mi madre, de eso no tengo duda. Fue muy exigente conmigo. A veces, me preguntaba a mí misma por qué me pedía que hiciera ciertas cosas y no a mis hermanas. Ella no quería que me acostumbrara a tenerlo todo hecho a diferencia de mi padre, que era mucho más sobreprotector y estaba más pendiente de mí. Aunque ambos fomentaron siempre que estudiara y desarrollara una carrea profesional para ser independiente, mi padre tenía tendencia a sobreprotegerme demasiado. 

"La sobreprotección porque es una camino para convertirte en una persona inútil"

Y ese es un problema que muchas mujeres con discapacidad tenemos que solucionar con nuestro entorno familiar: la sobreprotección porque es una camino para convertirte en una persona inútil. Hay que tener en cuenta que los seres humanos somos cómodos y tendemos a que nos los den todo hecho si es posible. A eso es fácil acostumbrarse y no quieres renunciar a esos privilegios. Pero esto es algo que al final se vuelve en tu contra. 

 

Por eso agradezco a mi madre que no fuera sobreprotectora conmigo y que me exigiera tanto o más que al resto de mis hermanas. No hay que olvidar que la sobreprotección, en muchos casos, es fruto de la buena voluntad de las familias y del entorno de las mujeres con discapacidad, pero que llevado a un extremo se convierte en  una forma de violencia. 

"La sobreprotección llevada a un extremo se convierte en  una forma de violencia"

¿Qué opinión tiene respecto a la política de cuotas como medidas de acción positiva para garantizar la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad política?

 

A favor, sin duda. Muchas amigas reniegan de esa etiqueta de “mujer cuota” olvidando que si no es por estas medidas de acción positiva, jamás habrían llegado a detentar un puesto de responsabilidad, dadas las circunstancia. Como ellas, hay muchos hombres que se apoyan entre sí y que tienen mayores posibilidades de llegar, no porque sean mejores. De hecho, hay muchos hombres que están en puestos de responsabilidad y asumimos que no siempre lo hacen bien. 

 

"Muchas amigas reniegan de esa etiqueta de 'mujer cuota' olvidando que si no es por estas medidas de acción positiva, jamás habrían llegado a detentar un puesto de responsabilidad"

 

Sin embargo en nuestro caso, siempre tenemos que demostrar que valemos. Esta postura la he encontrado entre muchas compañeras que vienen de la universidad, sobre todo. Muchas creen que las avala su carrera académica exclusivamente, que han llegado porque valen, y claro que valen, pero lamentablemente no es solo por eso. Si no es por las cuotas, muchas de ellas no habrían llegado, eso está claro. 

 

Sobre esta cuestión mis compañeros de partido han ido cambiando en los últimos años. En general, los hombres políticos pueden clasificarse en dos grupos, aquellos que realmente se creen esto de las políticas de igualdad entre mujeres y hombres, y aquellos que descreen de todo este tema. Pero, por lo general, en los últimos años las cosas han cambiado muchísimo. Cada vez más, hay aliados hombres en esta lucha por la igualdad.   

"Cada vez más, hay aliados hombres en esta lucha por la igualdad"   

Reside en Bruselas desde hace varios años, ¿qué diferencias y similitudes encuentra entre las políticas de igualdad desarrolladas en Bélgica y en España?

 

Bélgica es un país donde el movimiento social no es tan activo como en España. Hay menos crítica social por lo general, al menos esa es la impresión que tengo de estos últimos años viviendo aquí. Por ejemplo, el tema de la violencia de género casi no se trata, si acaso puntualmente como en el 25 de noviembre, día para la eliminación de la violencia contra las mujeres, donde sí hay manifestaciones reivindicativas organizadas por el movimiento feminista. No hay un debate abierto en la sociedad en el que se aborde esta cuestión en profundidad, a menos en la misma medida que se hace en España. No hay campañas en la televisión, no se aborda como tema en las noticias, ni en las calles... No hay un debate social sobre esta cuestión, es aún una asignatura pendiente en Bélgica.  

 

En este sentido tenemos que tener en cuenta el gran avance que ha supuesto la aprobación de la 'Ley integral de violencia de género' en 2004 en España, que nos ha colocado a la cabeza de los países que trabajan el tema de la prevención y la erradicación de la violencia de género. 

"La aprobación de la 'Ley integral de violencia de género' en 2004 en España nos ha colocado a la cabeza de los países que trabajan el tema de la prevención y la erradicación de la violencia de género"

En la misma línea, hay que destacar la innegable conquista de derechos que han supuesto la aprobación de la Ley de matrimonio entre personas del mismo sexo y la Ley para la promoción de la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia. Estas leyes han permitido que vivamos en una sociedad más justa e igualitaria. 

 

Pero esto no es igual en Bélgica. Basta dar un paseo por las calles de Bruselas para darse cuenta. Esta es una ciudad con muchos déficits en relación a la accesibilidad. Para mí, como mujer con discapacidad física, me resulta una ciudad difícil de transitar. No hay vados, no hay rebajes en las aceras, hay muchos adoquines y, en general, multitud de barreras arquitectónicas. Y esto es solo en lo relativo a la accesibilidad. 

 

Con todo esto, es fácil adivinar que no hay una política de igualdad de género que tenga en cuenta a las mujeres con discapacidad. Es una cuestión novedosa. Llama la atención que una ciudad como esta, que viene a ser la capital de Europa, donde se marcan las directrices de la política social que deben cumplir los países de la Unión, tenga carencias tan importantes sobre estos temas fundamentales. En mi opinión es un contrasentido. Aquí hay movilización en momentos puntuales, pero, por lo general, la sociedad belga es mucho más pasiva que la española y no creo que esto se deba a que no haya problemas acuciantes que resolver.

"La sociedad belga es mucho más pasiva que la española, y no creo que esto se deba a que no haya problemas acuciantes que resolver"

El 20 de diciembre se celebran en España elecciones generales, ¿qué mensaje mandaría a las mujeres con discapacidad para que participen activamente en política, ya sea como electoras o como candidatas a puestos de representación política?

 

Que crean en ellas mismas, que confíen en sus capacidades, que se puede llegar. Como he señalado anteriormente, hay que luchar contra actitudes de la sociedad y de las familias, que desincentivan la participación activa en política con su sobreprotección. Las mujeres con discapacidad deben luchar por estar ahí presentes, participando y ya no solamente liderando organizaciones de personas con discapacidad u organizaciones de mujeres, que está muy bien, sino también por ejemplo, asociaciones de vecinos. ¿Por qué una mujer en silla de ruedas no va a poder defender los derechos de las y los vecinos? 

 

Es fundamental otorgar una visibilidad a las mujeres con discapacidad como auténticas ciudadanas. Lo mismo ocurre con los partidos políticos. Las mujeres con discapacidad deben estar ahí, luchando por temas concretos que les afectan directamente y por todas las cuestiones, en general, que incumben a toda la ciudadanía en su conjunto porque, a fin de cuentas, somos parte de la sociedad.