Conversatorio ‘No dejar a nadie atrás: las mujeres y niñas con discapacidad en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cinco años después de su adopción por Naciones Unidas’
El olvido que fueron las mujeres con discapacidad
Según las voces de este conversatorio, cinco años no es nada, o incluso es menos que nada, pues el avance que se ha logrado en este breve periodo de tiempo podría ser nulo cuando se trata de medir lo alcanzado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para las mujeres y niñas con discapacidad. Por un lado, en su aprobación hace cinco años, apenas se contaba con este sector de la sociedad, que ha sido olvidado por la Agenda 2030, según Ana Peláez Narváez, vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres (FCM). Por otro lado, sin embargo, los participantes de este conversatorio se felicitan y valoran con entusiasmo el gran impulso que ha logrado a su vez el movimiento de mujeres con discapacidad en la lucha por sus derechos.
La promesa de cada persona
A continuación, Facundo Chávez, asesor de Derechos Humanos y Discapacidad de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, relata que formó parte del proceso de negociación de los ODS y asegura que “desde el principio quedó claro que la nueva agenda de desarrollo tenía que estar anclada en los derechos humanos”. Sin embargo, aunque era evidente la intención de incluir al sector de la discapacidad, y la perspectiva de género, en los mismos, la Agenda 2030 en sí
En cuanto al movimiento de mujeres con discapacidad, este experto considera que ha logrado en muy poco tiempo encontrar su hueco en la agenda internacional y compara la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, de 2006, con otros tratados de derechos internacionales que cumplen ahora 75 años que todavía están lejos de lograr sus objetivos.
Ultranacionalistas y ultraconservadores
Ana Alcalde, directora de Alianza por la Solidaridad, comienza con una breve introducción en la que resume el recorrido histórico que nos lleva a la situación actual. Explica así, que la Agenda 2030 comenzó a negociarse hace unos 10 años, en un contexto muy distinto al actual, que califica de “adverso a la agenda 2030”. A su juicio, ese contexto adverso está marcado por dos elementos, uno de ellos es el “contexto ultranacionalista donde los centros de poder en el mundo priorizan una agenda nacional, la agenda del 'nosotros primero' por encima de la de 'no dejar a nadie atrás'”; el otro elemento es el nuevo contexto que define como conservador, incluso ultraconservador, donde cuestionan muchas reivindicaciones de las mujeres, y en el que se encuentran incluso negacionistas de la violencia de género. Dos dimensiones que resume como ultranacionalista y ultraconservadora.
Lo que sí es positivo, y destaca con énfasis, “es la capacidad de los movimientos de mujeres de organizarse a nivel nacional... la respuesta del movimiento de mujeres a ese movimiento ultranacionalista es de las pocas respuestas que tratan de apuntalar y defender la agenda 2030”. Y de ahí que reclame también la importancia de los recursos para estos movimientos de mujeres, “porque son ellas el revulsivo necesario para que los demás actores cumplan”.
Sus voces permiten el avance
Según Ana Peláez, ese amplio sector de la población mundial, 600 millones de mujeres con discapacidad en el mundo, no tiene organizaciones específicas lideradas por las propias mujeres con discapacidad, pero tampoco logran verse incorporadas a las organizaciones de mujeres ni a las de discapacidad. Se debería favorecer el empoderamiento de las mujeres y niñas con discapacidad, de las madres de las mujeres y niñas con discapacidad, para que creen sus propias organizaciones, porque “son sus voces las que nos podrán permitir avanzar en todo esto”, asegura.
No obstante, la representante de la FCM ha valorado positivamente que la Agenda 2030 sirva para reforzar agendas políticas encaminadas al cumplimiento de tratados internacionales vinculantes como la Convención Internacional de la Discapacidad o la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw) y, a su vez, estos tratados enriquecen la implementación de los ODS.
Para finalizar, enumera cuatro mensajes que considera prioritarios en torno a la cuestión debatida en este conversatorio. El primero se refiere a los datos de acceso al empleo de mujeres con discapacidad, “y es la importantísima tasa de inactividad, en nuestro país, creo que trabaja solo 1 de cada 14 mujeres con discapacidad” asegura Peláez. Como segundo mensaje, advierte de que en FCM están muy preocupadas por “las condiciones en las que operan Centros Especiales de Empleo y Centros Ocupacionales, que no son transparente ni con la actividad desarrollada ni con otros procedimientos fundamentales de garantías
Este conversatorio, que inicia una serie mensual, está organizado por CERMI Mujeres y CERMI Estatal con la colaboración de la agencia Servimedia, cuyo director general, José Manuel González huesa, ha sido el encargado de moderar el encuentro.