CERMI Mujeres y la Fundación ASPACIA debaten sobre la violencia sexual en España
La Fundación CERMI Mujeres y la Fundación para la Convivencia Aspacia, junto con la colaboración de distintas entidades, organizaron un debate en torno a la violencia sexual en España en el marco del Convenio de Estambul, en el que han exigido la aplicación y el cumplimiento de la Convención de los Derechos de las personas con Discapacidad, el Convenio de Estambul, y en concreto, la observación general número 6 del comité, que entiende la violencia como uno de los graves problemas a los que se enfrentan las mujeres con discapacidad.
El encuentro se ha inaugurado con dos ponencias que ha moderado la presidenta de Fundación Aspacia, Paloma Cemillán: la primera titulada “La violencia sexual a la luz del Convenio de Estambul: retos, avances y desafíos, ha sido protagonizada por la experta Biljana Brankobic del GREVIO (Grupo de Expertas en la Lucha contra la Violencia contra la Mujer); y la segunda, que ha impartido la ministra de Igualdad, Irene Montero, bajo el título “La violencia sexual y el Convenio de Estambul en España, una cuestión de estado: avances y compromisos para la implementación del Convenio”.
En el acto también han intervenido la directora de Aspacia, Virginia Gil; la psicóloga y sexóloga perteneciente a la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE), Raquel Hurtado; Cliona Eibhlin, perteneciente a Rape Crisis Network Ireland; y Tania Sordo, de la Colectiva 1600s.
En concreto, la coordinadora de CERMI Mujeres ha intervenido en la mesa redonda sobre ‘La interseccionalidad y la violencia sexual’, junto con Tatiana Retamozo, abogada especializada en género de la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI); e Inmaculada Lozano, investigadora y fundadora de Red Genera.
Isabel Caballero ha recordado que “en España seguimos teniendo una política pública que no tiene en cuenta a las mujeres con discapacidad al abordar cualquier tipo de violencia, como la sexual”.
En especial, la coordinadora de CERMI Mujeres ha hecho referencia a la esterilización forzada, una forma concreta de violencia sexual que “está muy invisibilizada”. De hecho, “no se contempla como delito sexual en la propuesta de la Ley orgánica de la garantía de la libertad sexual que se está debatiendo ahora”, ha afirmado Caballero. Con ello “España está incumpliendo el Artículo 39 del convenio de Estambul, que regula el aborto y la esterilización forzada”, ha aclarado.
En este sentido, Caballero en su intervención ha expuesto algunos datos que reflejan la situación en la que se halla España actualmente: en la Macroencuesta de Violencia contra la mujer de 2019 (DGVG, 2020) se muestra que el 14,8% de las mujeres con discapacidad ha sufrido violencia sexual de alguna pareja (actual o pasada) a lo largo de la vida frente al 8,9% de las mujeres sin discapacidad.
Asimismo, según la misma encuesta, las mujeres con discapacidad acreditada han sufrido violencia sexual fuera de la pareja a lo largo de sus vidas en mayor proporción (10,3%) que las mujeres sin discapacidad acreditada (6,2%). Mientras, el 4,7% de las mujeres con discapacidad han sido violadas por una persona distinta de su pareja o expareja, frente al 2,1% de las mujeres sin discapacidad.
Isabel Caballero también ha explicado que “además de la vulnerabilidad que sufren las mujeres con discapacidad por no haber suficientes leyes que garanticen su protección, también la percepción social existente sobre ellas aumenta su exposición a la discriminación y a la violencia”.
Al respecto, los datos reflejan que el 17,5% de las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia (física, sexual o emocional) de alguna pareja dicen que su discapacidad es consecuencia de la violencia de sus parejas. Este porcentaje asciende al 23,4% entre las mujeres con discapacidad que han sufrido violencia física o sexual de alguna pareja. De hecho, entre el 2016 a 2019, ha habido 7 casos de agresiones sexuales múltiples a mujeres con discapacidad intelectual, según la base de datos Geoviolencia Sexual.
Por último, Caballero ha compartido algunas recomendaciones a llevar a cabo en para emprender un camino de erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres con discapacidad, de entre los que ha destacado “la realización de talleres de empoderamiento para prevenir esta violencia; la puesta en marcha de un protocolo de atención integral a mujeres con discapacidad que hayan sido víctimas de violencia sexual en todas sus manifestaciones, para prevenir, detectar, atender, y reparar el daño; y la creación de un plan de formación en género, discapacidad y sexualidad accesible dirigido a las mujeres, a las familias y al conjunto de profesionales que intervienen en la atención”.